No somos personas especialmente mitómanas pero coincidir a la vez en un escenario con alguien como Raimundo Amador, historia de la música española, es un recuerdo de los que se quedan grabados. Durante la prueba de sonido le propusimos hacer un blues lento con nosotros y, muy majo él, nos lo concedió fácilmente. Poco más hablamos del tema y por supuesto no ensayamos nada. Lo llamamos y según salió, cogió la guitarra de Gus para lanzar The Thrill Is Gone. Para nosotros esa es una de las grandezas del blues, la facilidad y simplicidad con la que se puede generar una comunión entre músicos y, por supuesto, público.
¡Gracias Raimundo!
Foto de Manuel Carranza.